domingo, 30 de junio de 2019

Me gusta atender inadvertido lo que la gente habla, igual que un espíritu escucha un parloteo anónimo sin mayor perjuicio de lo contado. Y aunque es infrecuente oír algo sugestivo, lejos de los asuntos cotidianos, aparece una historia sorprendente en los labios de alguien.

Francisco M. Ortega

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